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Podrás consultar los perfiles de nuestros miembros que ofrecen el servicio "DOMA/ENTRENAMIENTO". Puedes consultar su currículo y reservar el servicio. La tarifa que pagarás es por la primera consulta en los establos o en tu propiedad privada donde tengas tu potro o caballo para ser entrenado. Todos los servicios futuros se acordarán entre las partes y, quién sabe, tal vez sea la persona adecuada para entrenar a tu potro.

Servicios disponibles para doma/entrenamiento de caballos

Doma racional

Natalia E.


Estas son nuestras recomendaciones:

Entrenar a los caballos no es en absoluto sencillo, y más aún si pretendemos participar en concursos de doma, salto de obstáculos, etc. El caballo es el emblema de la máxima libertad e independencia, pero no todo el mundo sabe que también es un animal capaz de entender las emociones de los seres humanos, al mismo nivel que un gato o un perro doméstico que vive en un piso. Por eso, entrenar a los caballos requiere habilidad, técnica, pero también una enorme dosis de empatía y amor por el animal.
La mayoría de los caballos que vemos, ya sea en directo o por televisión, son caballos domesticados. La doma de un caballo es un componente fundamental de su vida si, sobre todo, está acostumbrado a vivir libre en el campo con otros caballos y "de la noche a la mañana" tiene que empezar a realizar una actividad como, por ejemplo, la monta por parte de personas.

Evidentemente, esta transición no es natural, porque en la naturaleza nadie monta a caballo, y el caballo, al ser una presa, tiene miedo de cualquier criatura que se le acerque con actitud amenazante.
La doma de caballos es el proceso de conseguir que un animal "salvaje" coopere con el hombre, haciendo lo que se le pide. Obviamente, esto es posible en el estado natural de las cosas. Un caballo es un animal social, predispuesto a formar parte de un grupo y a estar bajo las órdenes de un líder (a no ser que se sienta él mismo el líder) por lo que es posible hacerle entender que su líder y protector es un ser humano.
La domesticación del caballo se produce paso a paso y no es repentina, porque lo que hay que dejar claro al caballo es que tiene que superar sus miedos hacia el hombre, al que ve como un depredador.
La doma se basa en imponer un comportamiento al caballo y aprenderlo. Así que cuando quieras que haga una determinada acción, indúcelo a hacerla pero detente en cuanto la haga. En resumen, desde su punto de vista, le "atacamos" hasta que haga una determinada cosa, la que queremos que haga, y entonces dejamos de hacerlo.

Desde el punto de vista del caballo, esto significa: "Bueno, tengo miedo de esa cosa que camina a dos patas y quiere comerme". Pero cuando se acerca, si dejo que me toque, se va, así que la mejor manera de evitar que me coma es dejar que me toque, porque si no, no me deja en paz. Y así se deja tocar y acariciar.
Así, las primeras veces que un entrenador se acerque al caballo su instinto será el de huir, aunque no irá muy lejos (no puede salir del potrero) hasta que se deje tocar, la primera vez por casualidad, luego un poco menos por casualidad, luego cada vez menos hasta que haga el razonamiento que acabamos de describir. Evidentemente, el domador debe estar tranquilo y callado, porque si entra Hulk-style el caballo es poco probable que se acerque incluso por curiosidad.

El domador, por supuesto, levantará el listón y exigirá cepillar al caballo, luego ponerle una silla de montar, luego un bocado, y así sucesivamente hasta que pueda subirse a la silla.
El razonamiento es siempre el mismo, porque cuando el caballo haya aprendido que no le estamos haciendo nada, sino que venimos con un palo con púas muy peligroso y mortal en las manos (que lo es para él, para nosotros es un cepillo) volverá a tener miedo, hasta que entienda que esa herramienta es para acariciarle y rascarle, cosa que al caballo le gusta.
Así que subimos de nivel, primero poniendo una silla de montar en el lomo del caballo, luego acompañándolo repitiendo los ejercicios ya aprendidos, después poniendo el bocado pero siempre desde el suelo y luego, como paso final, subiendo a su montura y luego subiendo a otras personas, para que no nos identifique como "moscas blancas" entre los hombres depredadores.

Está claro que es un método que puede requerir mucha paciencia porque cada caballo tiene su propio carácter, y si algunos caballos son más confiados, otros pueden serlo mucho menos, por lo que un domador tardará mucho más en domar a ese caballo.